Contraespacios públicos: Procesos y miradas desde Oriente
Resumo
Desde mediados del siglo pasado ya era posible intuir que los
procesos relativos a la democracia de masas tendrían sus repercusiones.
La ciudad va transformándose poco a poco en el peligroso y anodino
escenario de lo postpolítico, entendiendo éste como el marco global
desarrollado enlas últimas décadas por autores como Jacques Rancière o
Slavoj Žižek. Precisamente desde esta lógica son las estructuras
económicas las quecontrolan la actividad política y social, buscando
eliminar toda diferencia o conflicto interno mediante consensos creados
de forma artificial y contraria alo que se entiende por auténtica
política. Al contemplar las nuevas formas de urbanismo, vinculadas en
muchas ocasiones a un control casi militar dela población e impregnadas
de una obsesión exacerbada por incrementar el potencial económico de la
ciudad como ente competitivo dentro de unmercado global, podemos afirmar
que una espacialización – incluso de una territorialización – de lo
postpolítico no es ya algo que se nos escape enel tiempo. De nuevo la
arquitectura y el urbanismo como disciplinas del espacio parecen quedar
abocadas a su viejo papel de instrumentos organizadores.Ante esta
situación, surge la necesidad de posicionarse, detectar las formas
deespacialización postpolíticas y, sobre todo, prestar atención a las
posibilidades de espacios políticos emergentes. Dado que las
posibilidades soninfinitas, se hará especial énfasis en situaciones
políticas determinadas y localizadas en Oriente, ya que el arco que
trazan resulta aún bastantedesconocido, o quizás poco asimilado, por
determinadas áreas de pensamiento occidental, lo que no significa que
sean menos reveladoras: másbien al contrario, completan la imagen que
tenemos del mundo, e incluso de nosotros mismos. No es casualidad, por
tanto, que el presente trabajobusque conclusiones y formas de actuar en
tres ciudades en un principio lejanas a nuestro ámbito occidental más
próximo – Pekín, Varsovia, Estanbul– y desde temporalidades diferentes,
ya que contemplando su reflejo (y el nuestro propio, que su superficie
nos devuelve) estaremos reconociendoparte de ese “nosotros” que muchas
veces resulta desconocido, o pasa desapercibido por encontrarse,
precisamente, demasiado lejos. De estemodo, se explorarán las
condiciones del contraespacio desde su vertiente política, siendo el
espacio, y no el tiempo, el elemento principal de concatenación.
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