1Desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX, geógrafos y sociólogos se disputaron la apropiación del estudio de la relación entre la sociedad y la naturaleza (Berdoylay, 1978; Buttimer, 1980; Capel, 2009 [1992]; de Carvalho, 1997; Gómez, 1983; Lus Bietti, 2018). En el ámbito académico francés, este debate fue llevado adelante por Emile Durkheim (1858-1917) y Paul Vidal de la Blache (1845-1918), teniendo lugar conforme la Sociología y la Geografía se iban definiendo como disciplinas tanto científicas como universitarias. En este trabajo indagaremos el desarrollo de esta puja a través de la participación de los discípulos de Vidal de la Blache, haciendo especial hincapié en el rol que desempeñó Camille Vallaux (1870-1945). Si bien algunos de los discípulos de Vidal procuraron legitimar su disciplina a través de diferenciarse de la Morfología Social y de la propuesta geográfica de Fredrich Ratzel (1844-1904); Vallaux fue pionero en criticar a los sociólogos y su proyecto integrador, mostrando una estrategia diferente en la legitimación científica e institucional del proyecto de Geografía Humana. Así, en su obra Les sciences géográphiques introduciendo el carácter explicativo en la Geografía Humana, realizó una reflexión teórica y epistemológica y, también, esclareció las diferencias de abordaje con la Morfología Social.
2En este contexto, desde una perspectiva que focaliza en la historia social de la Geografía (Livingstone, 1992; Escolar, 1989) y bajo un trabajo de análisis de contenido de fuentes escritas (Andréu Abela, 2003; Bernete García, 2013), esta propuesta buscará centrarse en el estudio las estrategias de legitimación científica que algunos de los discípulos de Vidal de la Blache desarrollaron al interior de la Geografía Humana francesa, en el marco de la disputa epistemológico-institucional con la Sociología y Morfología Social de Emile Durkheim. Así, en primer lugar, se desarrollará los trasfondos de la disputa epistemológica-institucional entre Durkheim y Vidal de la Blache. En segunda instancia, se destacará cómo los discípulos de Vidal de la Blache se insertaban en su disciplina y, algunos de ellos, reproducían sus estrategias de legitimación científica, trazando cierta línea de continuidad. En tercer lugar, se intentará mostrar de qué manera Camille Vallaux, desde su inserción como geógrafo bajo la tutela de Vidal de la Blache, comenzó a sentar un posicionamiento diferencial. Finalmente, se analizará cuáles son las particularidades de la estrategia que Vallaux realiza en defensa de la Geografía Humana y que lo terminan por distinguir del grupo de los discípulos de Vidal de la Blache.
3En el umbral del siglo XX, la Geografía Humana de Paul Vidal de la Blache, entró en disputa con la Morfología Social de Emile Durkheim por la apropiación del estudio de la relación Sociedad-Naturaleza (Berdoulay, 1978; Buttimer, 1980; Capel, (2009) [1992]; Lus Bietti, 2018). El trasfondo de este suceso estuvo teñido por cuestiones epistemológicas, con epicentro en las diferentes concepciones sobre la idea de medio; como así también institucionales, ya que la Sociología pretendía integrar dentro de su dominio al campo de la Geografía Humana.
4Desde el proyecto antropogeográfico y de Geografía política de Ratzel, Durkheim criticó la concepción del medio de los geógrafos (Durkheim, 1898, 1899,1900,1901). En efecto, frente a la idea de un medio externo en donde las influencias de las condiciones medioambientales, con especial énfasis en el papel del suelo, tenían injerencia en el desenvolvimiento de los grupos humanos; el sociólogo francés desarrolló una idea de medio interno en donde la dinámica social podría explicarse por sí misma (Durkheim, 1993 [1893], 2003 [1895]). En este sentido, para Durkheim, los efectos que podía ejercer el medio externo sobre la sociedad actuaban a través del propio medio social. Así, para la Sociología durkheimiana, si bien el medio externo, en un primer momento, estaba en interacción con los individuos, a medida que se fue formando el segmento social, ese espacio físico se humanizaba y cedía lugar a la constitución de un medio social interno, que se transformaba en el motor de la evolución social.
5Desde esta concepción, Durkheim desarrolló la idea de la Morfología Social, entendiendo que el sustrato material de la realidad social actuaba exterior y coercitivamente sobre la sociedad. Al mismo tiempo, la definió como una rama de conocimientos que le permitió estudiar cómo, a través de los hechos de orden morfológico, los hechos sociales se imponen en la vida social. Fundamentalmente, bajo esta área construyó un lugar desde cual criticó a los geógrafos y su concepción externa del medio, buscando integrar su espacio epistemológico e institucional al de Sociología (Berdoulay, 1978; Capel, 2009 [1992]; Martínez y López, 2002).
- 1 La importancia de la Geografía para la formación de identidad territorial de la Nación francesa baj (...)
6Si bien la discusión epistemológica de Durkheim estuvo dirigía hacia Ratzel, el sociólogo francés también buscó institucionalizar su disciplina en el seno universitario (Clark, 1968; Karady, 1979). Para ello, la estrategia durkheimiana en el ámbito académico, contempló disputar los puestos y los espacios de otras disciplinas que recién se estuvieran estableciendo en la Universidad, y que a futuro podrían tener una aspiración de desarrollo al igual que la Sociología. De esta manera, desde los sociólogos emergía una suerte de “competencia” con otros saberes por la obtención de cátedras y plazas, a través de las cuales se intentaría expandir la cantidad de puestos en la universidad que le servirían de base para el desarrollo institucional y epistemológico de su disciplina. En este marco, la Geografía Humana de Vidal de la Blache, que para la misma época se estaba institucionalizando en la academia como resultado de su desarrollo en el ámbito escolar,1 se presentó como competencia de la Sociología en la Universidad (Rhein, 1982). Así, la idea de Durkheim fue utilizar la disputa epistemológica que mantenía con la propuesta geográfica de Ratzel, a fin de deslegitimar la Geografía francesa y poder legitimar el lugar institucional de su Sociología. En otras palabras, la tarea de “sociologizar” el conocimiento geográfico, desplazándolo epistemológica (de sus objetos de estudio) e institucionalmente (de su lugar dentro del campo científico de las ciencias humanas), encontró su correlato en hacer de las aportaciones de Ratzel una representación genérica de la Geografía dentro del imaginario de la Sociología, como estrategia por detentar el monopolio de la autoridad científica (de Carvalho, 1997). De este modo, reducir la Geografía al proyecto de Ratzel, y en ese sentido, poder criticar indirectamente el de Vidal de la Blache, les permitía a los sociólogos acusar de debilidad epistemológica a la Geografía, para legitimar a la Morfología Social.
- 2 Vidal de La Blache va a considerar que la relación sociedad-naturaleza se desarrolla en términos de (...)
7El desarrollo epistemológico de Vidal de la Blache corrió en paralelo no sólo al trabajo teórico de Ratzel, sino también a las críticas que Durkheim realizaba sobre el proyecto antropogeográfico y de Geografía política. En este sentido, para la misma época que Durkheim atacaba la propuesta de la Geografía de Ratzel, y proponía subsumir este campo disciplinar al de la Morfología Social, Vidal de la Blache comenzó a distanciarse de las proposiciones epistemológicas del geógrafo alemán, fundamentalmente de aquella de vertiente política (Nunes Pereira, 2012). De esta manera, en lugar de trabajar las relaciones del Estado con el suelo, Vidal de la Blache discutió las diversas formas en que las sociedades entablan un vínculo con su medio desde la contingencia.2
- 3 El estudio de la relación sociedad-naturaleza, se delineó para Vidal de la Blache, a partir de la i (...)
8Este desplazamiento epistemológico operado por el geógrafo francés señalaba su estrategia puesta en juego en la disputa con Durkheim y con el proyecto de Morfología Social. Así, para Vidal de la Blache, una forma posible de alejarse de las críticas de los sociólogos se vinculó con la definición del perfil y la identidad de su proyecto desligada del corazón de la Geografía alemana, abocándose al estudio de las modificaciones en la fisionomía de la Tierra a partir de la acción humana (Ribeiro, 2007). En este sentido, el desarrollo del concepto de género de vida, asociado al paisaje y la región, se presentó como un elemento distintivo de la Geografía Humana, como así también su fuente de legitimidad3 (Lus Bietti, 2018). En rigor, la estrategia de Vidal de la Blache era poder desligarse de la imagen generalizada de la Geografía ratzeliana, para también mostrarse como un conocimiento diferente a la Morfología Social, en vías de lograr la autonomía epistemológica e institucional.
9En definitiva, la comprensión del lugar de la producción de Ratzel, en la disputa y en el imaginario sociológico, y la generalización de su proyecto disciplinar por sobre el de Vidal de la Blache, nos permite entender el debate epistemológico-institucional desde los intereses de Durkheim por otorgar legitimación científica a su propuesta de Sociología, y su lucha por el monopolio de la autoridad científica. En efecto, la controversia por comprender el desarrollo de las sociedades en vinculación a un medio externo o interno, natural o social, se constituyó en el fundamento epistemológico de la disputa que se forjó entre geógrafos y sociólogos en el umbral del siglo XX. Finalmente, en el ámbito institucional, mientras los sociólogos buscaban integrar a la Geografía dentro de la Sociología y desplazarla por la Morfología Social, los geógrafos buscaron defender la autonomía de su campo de estudios, destacando la particularidad de sus abordajes.
10De acuerdo con Gomes (2017), la descripción de Vidal de la Blache se constituía como una narrativa capaz de construir una imagen que, en la mente del lector, colaboraría con la integración y articulación de los fenómenos físicos y humanos. En este sentido, “Con ese ‘pensamiento visual’, impreso en su escritura, Vidal de la Blache consigue transmitir una imagen que va más allá de lo que el ojo observador podría grabar. Claramente, para él, el cuadro ayuda a desenvolver el llamado ‘espíritu de síntesis’ (…) que fue la línea maestra de la Geografía concebida por él” (p. 115, traducción propia). En este marco, la metodología de la Geografía de Vidal de la Blache partía de la observación directa para aprehender la realidad concreta del paisaje de una región. De esta manera, obtendría una descripción a través de la cual también podría identificar, contrastar y clasificar los diferentes elementos, naturales y humanos que componían ese todo articulado. Finalmente, llegaría la explicación mediante el estudio de las interrelaciones de los fenómenos y sus series causales que operan en la modificación de la superficie terrestre. Bajo esta impronta, las monografías regionales, en tanto narrativa, buscaban construir una visión sintética de una región, mostrando cómo los géneros de vida dejaban su huella en el paisaje. En este sentido, siguiendo a Sautter (1961), no se trataba de un inventario de hechos concretos o acciones materiales, sino de un arte que permitiría captar la realidad orgánica de una región, comunicando al lector el sentimiento de su unidad y su vida propia: “La flexibilidad de juicio que se deja al geógrafo en su interpretación de una región pone a prueba su saber hacer y su talento. En este sentido, la monografía es doblemente reveladora de una región y de un método, o de un arte” (p. 84, traducción propia). En este contexto, hacia los primeros decenios del siglo XX, las monografías regionales se iban constituyeron en una de las principales contribuciones sustantivas de la Geografía francesa, y uno de los legados que Vidal de la Blache transmitiría hacia sus discípulos.
11La Geografía Humana de Vidal de la Blache resultaba indisociable del contexto socio-histórico que lo enmarcaba: Francia se estaba constituyendo bajo la Tercera República como un Estado que buscaba la cohesión interna, a la par que, hacia el exterior, operaba como una potencia imperialista (Berdoulay 1995 [1981]; Capel , 1981). De esta manera, las monografías regionales también mostraban su utilidad en este doble sentido, ya que o bien podían configurarse como instrumentos que evidenciaban la integración armónica de los elementos del paisaje, y de las diferentes regiones que conformaban el territorio francés; o bien podían constituirse como una herramienta de conocimiento de las colonias y de otros lugares a colonizar.
12La diversidad regional que brindaban los géneros de vida permitía caracterizar la armonía de la unidad francesa, al tiempo que posibilitaba cohesionar las diferentes colonias bajo un mismo Estado-Nación imperialista (Ribeiro, 2014). En efecto, en tanto las regiones se constituían como la base de la riqueza nacional, ya que expresaban tanto la unidad como la diversidad, facilitaban que las diferencias sociales, culturales y étnicas, quedaran solapadas por las desigualdades regionales. En este sentido, las monografías, por cuanto describían esa “personalidad” regional, se constituyeron en un elemento fundamental para que se gestase un discurso que contribuyera a la integración armónica de las regiones del territorio francés (Escolar, 1996).
- 4 Para Sergio Nunes Pereira (2012), es menester repensar la imagen de Vidal de la Blache como académi (...)
13De esta manera, las monografías regionales, contribuyeron a llevar adelante la cohesión interna y la integración colonial. Los textos de Vidal La zone frontière de l’Algérie et du Moroc, d’aprés de nouveaux documents (1897), Le contesté franco-brésilien (1901), La conquête du Sahara (1911); y el libro L’ France de l’ Est (1917), son evidencias de la articulación entre el estudio monográfico con su preocupación por la unidad nacional y colonial.4 En rigor, a pesar de no hablar explícitamente de Geografía Política, la elaboración de monografías no escapaba a su contexto de formación y desarrollo intelectual (Nunes Pereira, 2012).
14Para Ortega Valcárcel (2000), estos trabajos monográficos de síntesis regional también eran una suerte de coronación de la carrera del geógrafo articulada con los intereses nacionales. Así, los geógrafos que comenzaban a trabajar como tales, se incorporaban al ámbito académico por medio de estas monografías dirigidas generalmente a la descripción de una parte del territorio francés. En efecto, las tesis doctorales que realizaron las generaciones de geógrafos que se nutrieron de las enseñanzas de Vidal de la Blache, son una muestra de este trabajo aplicado en su proyecto de Geografía Humana. Hablamos, por ejemplo, de L'Irrigation. Ses conditions géographiques, ses méthodes, son organisation dans la péninsule ibérique et dans l'Afrique du Nord: étude de géographie humaine de Jean Brunhes en 1902; Valaquia: Essai de monographie géographique de Emmanuel De Martonne en 1902; La Picardie et les régions voisines, Artois, Cambrésis, Beauvaisis de Albert Demangeon en 1905; La Flandre. Étude géographique de la plaine flamande en France, Belgique et Hollande de Raoul Blanchard en 1906; La Basse-Bretagne. Étude de géographie humaine de Camille Vallaux en 1907; Le Berry. Contribution a l'étude géographie d'une région française de Antoine Vacher en 1908; y Les paysans de la Normandie orientale. Pays de caux, Bray, Vexin norman, Vallée de la Seine de Jules Sion en 1909.
15En rigor, el desarrollo de estos estudios monográficos como elemento distintivo de esta escuela de Geografía, fue posible tanto por la labor de Vidal de la Blache, como por la continuidad que le dieron sus discípulos. Así, en términos de Valcárcel (2000: 468): “La larga serie de monografías regionales desarrolladas por los discípulos de Vidal de la Blache y de sus continuadores ha sido la más destacada muestra de esa orientación y concepción de la geografía regional como estudio de regiones...”. En definitiva, las monografías regionales, desarrolladas bajo una posición institucionalmente fuerte y con utilidad para la legitimación de la Tercera República, se fueron constituyendo como la principal contribución de los geógrafos desde principios del siglo XX, observando y describiendo tanto el territorio francés como así también los dominios coloniales. Es a través de estos trabajos que los vidalianos fueron construyendo su prestigio, dando una destacada muestra de la concepción y orientación de la Geografía hacia el estudio regional.
16A partir de comprender la importancia de las monografías regionales para la Geografía francesa y su comunidad científica, resulta interesante procurar trazar otra línea de continuidad entre Vidal de la Blache y algunos de sus discípulos, en torno a las estrategias de legitimación epistemológica e institucional de la Geografía Humana. De esta manera, la realización de este análisis encontrará utilidad no sólo para dar cuenta de ciertas similitudes al interior de la comunidad de geógrafos vidalianos; sino que también será pertinente para, luego, poder pensar algunas de las particularidades de la trayectoria y el pensamiento de Camille Vallaux.
- 5 La revista Annales de Geographie fue fundada por Vidal de la Blache en cooperación con la editorial (...)
17Las estrategias de legitimación científica llevadas adelante por Vidal de la Blache en la disputa con Durkheim, buscaron diferenciarse de la Morfología Social, y de la propuesta geográfica de Ratzel, a partir de destacar las particularidades de su Geografía Humana. Así, una de las estrategias que llevaron adelante algunos integrantes del grupo de los vidalianos fue publicar artículos, reseñas y comentarios en medios de difusión no sólo geográficos sino también sociológicos, que actuaran en el mismo sentido señalado por su maestro. De esta manera, además de escribir en los Annales de Géographie,5 estos geógrafos tuvieron una activa participación en L’Année Sociologique. En rigor, Antoine Vacher (1873-1920) y Albert Demangeon (1872-1940) son algunos ejemplos que permiten ver cómo sus contribuciones en L´Année estuvieron destinadas a continuar con las estrategias de Vidal de la Blache.
- 6 De acuerdo con Catherine Rhein (1982), desde sus años de estudio en la École Normale Superieure (18 (...)
18En el volumen de L´Année Sociologique de 1905, en la sexta sección “Morphologie Sociale”, y en sub-sección “La vie sociale et sa base géographique”, Antoine Vacher6 publicaba la reseña de una de las obras emblemáticas de Vidal de la Blache Tableau de la géographie de la France. Allí, mientras que, por un lado, criticaba ciertas posturas deterministas que podrían ser homologables a la Geografía de Ratzel, por el otro, resaltaba la concepción que subyace a la Geografía Humana de Vidal de la Blache, es decir el abordaje de las elecciones de los grupos humanos frente a las posibilidades que ofrece la naturaleza. De esta manera, Vacher enfatizaba que la obra de Vidal de la Blache permitía apreciar que los grupos humanos utilizaban y elegían los recursos que disponían en las diferentes regiones y, en consecuencia, lograban imponer su modo de agrupación, ya sea aldeas, pueblos, ciudades o países. Así, consideraba que ésta era la obra de un tiempo, de un hombre y, juzgar su importancia, seria ignorar su espíritu y alcance (Vacher, 1905: 615).
19En este sentido, la presentación del Tableau de la géographie de la France de Vidal de la Blache, como una forma de entendimiento de la relación entre la sociedad y la naturaleza en base a elecciones y posibilidades, diferenciada de la perspectiva según la cual las características físicas determinan en cierta medida las costumbres de los habitantes, puede pensarse como una forma de mostrar el carácter superador de la Geografía vidaliana. Si, en efecto, las perspectivas deterministas se correspondían con la Geografía ratzeliana, el artículo de Vacher permitiría establecer una diferenciación entre la Geografía francesa y la alemana. Así, la legitimidad de la disciplina geográfica continuaría constituyéndose a través de los aportes de Vacher, remarcando el nodo epistemológico que particulariza sus estudios.
20En el mismo volumen de L’Année Sociologique, pero ahora en la sub-sección “La répartition de la population”, Antoine Vacher realizó una reseña sobre un trabajo de Emmanuel De Martonne titulado Recherches sur la distribution géographique de la population en Valachie. Éste, era un desprendimiento de su tesis, en el que De Martonne buscaba resaltar las relaciones entre la distribución de la población en Valaquia y los fenómenos físicos y económicos, utilizando a la región natural como método de estudio. Vacher coincidía con De Martonne en que la distribución de los grupos humanos no era algo uniforme, sino que por el contrario variaba en diferentes partes de la superficie terrestre. En este sentido, al preguntarse sobre la manera de localizar y explicar las distribuciones de población en el espacio, comprendía que, si bien hay nociones que pueden expresarla, como las ideas de densidad de población, la relación entre la población difusa y la aglomerada, o el promedio de población de un lugar habitado, éstas no eran lo suficientemente concretas. Por el contrario, planteaba utilizar la región natural, en donde el relieve, el clima, la vegetación y los recursos económicos, preservan los mismos caracteres (Vacher, 1905: 662). Así, a través de la región natural era posible estudiar cómo se desarrollan las relaciones entre la sociedad y la naturaleza, obteniendo conocimientos concretos sobre los tipos de agrupamiento, sus formas y su distribución poblacional (Vacher, 1905: 623). En este sentido, al destacar de la obra de De Martonne el hecho de pensar la distribución de población desde la región y no desde variables numéricas, afirmando que sólo desde esa noción se puede llegar a evocar la manera en que las sociedades se fijan en la superficie terrestre, es posible considerar que Vacher no sólo remarcaba un concepto propio de la escuela vidaliana, sino que también estaba legitimando el trabajo de la Geografía Humana.
21Otro geógrafo que va a participar con sus reseñas en L’Année Sociologique, es Albert Demangeon, quien en la revista del período 1909-1912, comentó el libro de Camille Vallaux, Géographie Sociale. Le sol et l’État en la sección “Morphologie Sociale”. De acuerdo con Demangeon, esta obra procuraba ser una suerte de revitalización de la Geografía Política, dentro de la Geografía Humana. En ella, Vallaux estudiaba la formación de los Estados, la influencia en ellos del entorno natural y, fundamentalmente, del suelo. Para Demangeon, en primera instancia, el trabajo de Vallaux consideraba acertadamente que, la búsqueda de las influencias del medio sobre la vida de los grupos humanos y sus modos de agrupamiento era una de las tareas esenciales de la Geografía Humana. En efecto, Demangeon subrayaba la idea de Vallaux de que un Estado, como cualquier grupo humano, sufría las influencias del medio, sin ser moldeado completamente por ellos y, por lo tanto, era inadmisible considerar la existencia de un Estado que abarcara elementos de la vida material proporcionados por la naturaleza, como algo independiente del entorno físico (Demangeon, 1913: 815).
22Sin embargo, Demangeon sería muy crítico tanto de la idea de Geografía política como de su contenido. Por un lado, consideraba que el trabajo de Vallaux no era ni lo suficientemente novedoso ni profundo, ya que contenía una bibliografía limitada y los ejemplos utilizados para las comparaciones y generalizaciones eran más bien escasos (Demangeon, 1913: 817). Por otro lado, Demangeon cuestionaba de los elementos que Vallaux procuraba introducir en la Geografía Política, como el concepto de differentiation. Éste, hacía referencia a procesos de diferenciación social y política que eran capaz de producir una diversidad fundamental para el desarrollo social. Para Demangeon esta idea era abstracta, precipitada y carecía de meditación (Demangeon 1913: 818). Finalmente, Demangeon rechazaba cualquier intención de aproximar a Ratzel con Vidal de la Blache. Vallaux, tomaba muchas ideas de ambos autores, y tal cuestión no podía ser bienvenida en el marco de una Geografía francesa en construcción a la distancia de la Geografía alemana. Por lo tanto, a pesar de que Demangeon destacaba algunos aspectos del pensamiento de Vallaux, terminaba por rechazar su Geografía Política, carente de vida, de reflexión y de ingenio.
23En rigor, a través de las reseñas de Vacher y Demangeon hemos podido ver que algunos de los discípulos de Vidal de la Blache participan de la disputa con la Morfología Social en continuidad con la estrategia de legitimar la Geografía Humana, diferenciándola de la propuesta ratzeliana y resaltando la singularidad de sus abordajes. Sin embargo, a partir de la aparición de la figura de Camille Vallaux, es posible apreciar la emergencia de ideas diferentes. Así, este geógrafo comienza a tener relevancia ya que, a pesar de haberse iniciado con las monografías regionales, sus posteriores reflexiones parecen haberse dirigido hacia áreas que escapan el eje de estudios de la Geografía propuesta por Vidal de la Blache. De esta manera, más allá de las críticas realizadas por Albert Demangeon, concebimos que es importante destacar las contribuciones de Camille Vallaux porque consideramos que desarrolló una trayectoria epistemológica singular, que podría ser significativa para luego, elaborar una estrategia de legitimación epistemológica-institucional de la Geografía, diferente a la realizada por Vidal de la Blache y algunos de sus discípulos.
- 7 Aunque la autora usa el término posibilista (Buttimer, 1980), consideramos pertinente no utilizar e (...)
24Si bien Camille Vallaux comenzó sus labores como geógrafo inserto en el desarrollo de las monografías regionales, su recorrido intelectual y trayectoria epistemológica, estarían más bien alejados de estos trabajos característicos de la Geografía vidaliana. En efecto, luego de su tesis doctoral, los estudios de Vallaux dieron un giro, dejando de lado la Geografía regional. Las publicaciones que le siguieron a La Basse-Bretagne Étude de géographie humaine, señalarían tal alejamiento desde su denominación: Géographie Sociale: la mer (1908) y Geographie Sociale: le sol et l’État (1911). Si bien el vocablo que domina en estos títulos es el de “Geografía Social”, el contenido de los trabajos pareciera obedecer más bien a una continuidad con el desarrollo teórico del Friedrich Ratzel, o más precisamente con la Geografía Política. En efecto, en el prefacio a la obra de 1908, remarcaba la facilidad de reconocer en ella la influencia de Ratzel, a partir de repensar la Anthropogeographie y Politische Géographie sobre la adaptación de la vida humana al mar (Vallaux, 1908: 1). De hecho, siguiendo a Anne Buttimer (1980), una de las principales aportaciones de Vallaux a la Geografía francesa fue una reformulación las ideas de Ratzel desde una perspectiva que focalizaba en la contingencia.7
25Para Vallaux, la Geografía Política de Ratzel, podía pensarse más bien como un texto periodístico que científico, y fue en base a ello que tomó distancia de la propuesta del profesor alemán. En primer lugar, consideraba que cada ambiente físico requería ser estudiado sistemáticamente en función de la sociedad, por lo que no era plausible atribuir una causalidad directa. En efecto, Vallaux era fiel a la relación de contingencia delineada por Vidal de la Blache, planteando que es la naturaleza quien ofrece las condiciones para que los grupos humanos, conforme a sus capacidades, puedan adaptarse de tal o cual manera. Así, en su análisis sobre la relación de los grupos humanos con el mar; Vallaux planteaba que si bien la adaptación se veía favorecida o frustrada de acuerdo con la naturaleza de las regiones donde los grupos humanos tomaban conocimiento sobre el mar; ninguno de los múltiples agentes naturales determinaba rigurosamente esa adaptación. Por el contrario, era por sus propias capacidades que los grupos sociales habían podido conquistarlo (Vallaux 1908: 343).
- 8 Fredrich Ratzel en su obra Politische Geographie de 1897, profundiza en el estudio de las relacione (...)
26En segundo lugar, Camille Vallaux, a diferencia de Ratzel que separaba entre lage, gratzen, y raum8 dando un valor central a este último; hacía foco en la idea de différentiation. Como mencionamos con anterioridad, Vallaux, consideraba que la adaptación de un grupo humano a un medio concreto se realizaba en términos de un proceso de diferenciación social y política, donde la misma diferenciación era capaz de producir una diversidad en la población que sería fundamental para su desarrollo. En efecto, de acuerdo con Buttimer (1980), cuanto mayor diversidad podía alcanzar una región en función del lugar o situación que ocupaba, más rápido sería el desenvolvimiento de la sociedad. Así, la différentiation, al verse beneficiada o perjudicada por los recursos naturales y la situación, favoreciendo o dificultando el modo de adaptación de la sociedad, era un factor clave en el desarrollo social. En rigor, en términos de la autora: “[Vallaux] plantea dos cuestiones trascendentales: la importancia de la situación como causante de la diversificación social, y la sugerencia de que los grupos sociales sean clasificados en función de su capacidad para transformar su medio ambiente” (Buttimer, 1980: 95).
27Esta reformulación de la Geografía Política nos permite pensar en un doble movimiento por parte de Vallaux. Por un lado, su trabajo evidencia sesgos epistemológicos propios de Vidal de la Blache; pero al mismo tiempo, realiza reflexiones teóricas que están por fuera de los marcos propio de la escuela vidaliana. En este sentido, Vallaux no sólo tomó las enseñanzas de Vidal de la Blache, sino que le introdujo nuevas características. En efecto, si bien es a través de las monografías regionales que Vallaux se incorpora en la comunidad de geógrafos, luego, desde este posicionamiento, encuentra la posibilidad de expandir y diversificar los horizontes de la Geografía Humana. Esta cuestión, comenzaría a marcar una diferencia con el resto del grupo de los discípulos de Vidal de Blache, no sólo en cuanto a labor teórica, sino en el desarrollo de las estrategias de legitimación científica de su disciplina.
28Camille Vallaux realizó un recorrido singular por la Geografía de Vidal de la Blache. Según William Antunes De Sousa (2015), su distanciamiento en ciertos aspectos de la propuesta epistemológica de su maestro lo fue marginalizando del círculo vidaliano. Con anterioridad, comentamos que luego de su tesis doctoral, Vallaux comenzó a alejarse de los estudios regionales, para dedicarse a reformular la Geografía Política de Ratzel. En efecto, Géographie Sociale: la mer (1908) y Geographie Sociale: le sol et l’État (1911) son un ejemplo de este giro que también le valió la crítica de Albert Demangeon.
- 9 Al respecto, es menester recordar que la Geografía ha mantenido también disputas epistemológicas e (...)
- 10 En términos de Vallaux y Brunhes: “(…) los hechos más importantes, si no los más importantes, en la (...)
29El desinterés que fue mostrando Vallaux hacia la elaboración de las monografías regionales, quizás haya sido una condición de posibilidad para su reflexión en torno a la Geografía de Vidal de la Blache. Luego de revitalizar los trabajos de Ratzel, este geógrafo francés centró sus preocupaciones en comprender el lugar que ocupaba la Geografía en relación a otras ciencias humanas y sociales. En efecto, en 1921, con la colaboración de Jean Brunhes, Vallaux publicó Geographie de l´Histoire. Géographie de la paix et de la guerre sur terre et sur mer, indagando cómo la Geografía Humana y la Historia se relacionaban mutuamente.9 Para estos geógrafos, el desarrollo de las sociedades y de la historia se enmarcaba en la acción transformadora de la humanidad frente a las posibilidades del medio, considerando que las sociedades, al hacer historia, también hacen geografía. De esta manera, su interés radicaba en entender como la actividad humana a través de la historia fue modificando la fisionomía de la superficie terrestre.10 Como corolario, esta obra de Brunhes y Vallaux, concebía el estudio de las relaciones entre ambas disciplinas, como telón de fondo a la Geografía Política (Telledos Sánchez, 2014).
30Luego de este trabajo, en 1925, Vallaux publicó Les sciences géográphiques en donde no sólo profundizaría sus reflexiones epistemológicas en torno a la Geografía, sino que construiría una importante referencia teórica, legitimando la autonomía de la disciplina y explicitando los aportes que esta ciencia podría realizar a otros campos del saber. En este contexto, esta obra sería también el escenario de la defensa de los intereses de los geógrafos en el marco de la disputa con la Morfología Social, al mostrar los vínculos de la Geografía con la Sociología o lo que llamará la Geografía Sociológica. Es interesante considerar que, siguiendo a Buttimer (1980), a pesar de su importancia, esta obra de Vallaux terminó por tener más impacto en filósofos, historiadores y sociólogos que en los propios geógrafos.
31La propuesta de Camille Vallaux, partía de concebir que la Geografía podía pensarse como una filosofía que remite al mundo de los grupos humanos, considerando que su método y sus conocimientos influyen en otras ramas del saber. En este sentido, la Geografía no sólo sería una ciencia autónoma, sino que estaría en relación con otras disciplinas, realizando contribuciones desde el lugar de ciencia auxiliar. En rigor, la estructura del libro obraba en el mismo sentido: una primera parte denominada “La géographie comme science autonome” y una segunda titulada “Les géographies comme sciences auxiliaires”.
- 11 Para Vallaux, era posible aceptar el dualismo de la Geografía en el nivel explicativo. No obstante, (...)
32En la primera parte, Vallaux consideraba que la autonomía de la Geografía residía en el poder de explicación que ha conquistado la disciplina. Esta idea, tal y como la había instalado Vidal de la Blache entre sus discípulos, buscaba dar cuenta de la interrelación entre los fenómenos de la Tierra y sus series causales. De esta manera, además de describir, la Geografía podría explicar hechos que, concernientes tanto a la Geografía Física (estableciendo vínculos racionales entre los accidentes geográficos), como a la Geografía Humana (estudiando los grupos humanos en relación con su medio), transformaban la fisionomía de la superficie terrestre.11 Así, la explicación se iría constituyendo como uno de los principales argumentos que utilizaría la Geografía para detentar su autonomía, evitando que otras ciencias la acusen de intrusiones ilegitimas (Vallaux, 1925: 5).
33De acuerdo con Vallaux, la participación del conocimiento geográfico en exploraciones, catastros, censos o estadísticas poblacionales, entre otras cuestiones, fue definiendo, históricamente, una Geografía más bien práctica y funcional. Sin embargo, bajo el carácter explicativo esa vertiente utilitaria podría ser redefinida, convirtiendo a la Geografía en una disciplina capaz de colaborar con otros campos del saber tanto naturales, humanos como sociales.
34A partir de entender la utilidad de la Geografía desde su posibilidad de brindar servicios como ciencia auxiliar, en la segunda parte del libro, Vallaux se proponía indagar cómo se articula el elemento geográfico en otras disciplinas. Así, consideraba que si bien la Geografía se encontraba atravesada por otros conocimientos que le ayudaban a estudiar las modificaciones de la superficie de la Tierra; ella podía subordinarse a otras disciplinas, y aportar, desde el abordaje terrestre, a sus investigaciones y explicaciones. En efecto,
(…) la penetración de la Geografía en otras formas de conocimiento no puede dejar de ejercer una acción en ellas mismas, de modo que el elemento geográfico, si no es discernible en las otras ciencias al comienzo de su desarrollo, debe ser colocado gradualmente en sus métodos y su espíritu. (Vallaux, 1925: 320-321)
35En este marco, Vallaux discernía la impronta geográfica en la Biología, la Historia y, fundamentalmente, en la Sociología.
- 12 Gastón Richard fue un sociólogo francés y uno de los primeros colaboradores de Durkheim en la revis (...)
36Al analizar el elemento geográfico en la Sociología, Vallaux entendía que tanto la Geografía como la Sociología, interiormente se organizaban desde un conocimiento general a partir del cual se derivaban ramas o subcampos de conocimiento. En este sentido, si bien Vallaux reconocía que Durkheim era el creador de una Sociología moderna y sistemática, consideraba que la Sociología general no estaba definida claramente y sus diferentes ramas hacían referencia a ciencias sociales ya existentes. Así, a partir de contrastar la definición del objeto de estudio de la Sociología que daba Emile Durkheim (los hechos sociales entendidos como cosas que actúan coercitivamente sobre los individuos) con la de Gastón Richard12 (la correlación de la sociedad, a través de fenómenos de cooperación, de acción mental y comunitarios) Vallaux (1925: 391) infería que, el quehacer sociológico no se comprendía con claridad, ni en sus ideas ni en sus resultados, tanto por los esquemas en los que se inscribía como por la terminología que utilizaba. Por lo tanto, la Sociología no era un campo de conocimientos sólidos como para pretender ocupar el espacio epistemológico-institucional de otras disciplinas.
37De esta manera, al considerar que la Sociología carecía de una definición clara de su objeto, Vallaux no sólo estaba desprestigiando a esta disciplina, sino que también estaba desacreditando las críticas que los sociólogos realizaban sobre la Geografía. En otras palabras, al deslegitimar las críticas de los sociólogos, Vallaux terminaba por legitimar a la Geografía como una ciencia autónoma.
38Ahora bien, en continuidad con su línea crítica, Vallaux traía a colación a la Morfología Social preguntándose si ella y la Geografía Humana compartían áreas de estudio. La Morfología Social, decía Vallaux, ha sido consagrada por Durkheim a la construcción y clasificación de los tipos sociales, utilizando para ello indicios que provienen de las formas exteriores de la sociedad como la vivienda, los géneros de vida, las densidades de población y sus ocupaciones, las formas de los Estados, etc. Éstos no son sino los mismos objetos que toma la Geografía Humana para el estudio de las modificaciones de la superficie terrestre; y son los sociólogos quienes acusan a los geógrafos de intrusiones ilegítimas. Sin embargo, para Vallaux, entre ambas disciplinas había una diferencia de fondo:
Cuando comparamos esta forma de proceder con la de la geografía humana, nos parece imposible confundirlos o imaginar que se duplican. No podemos repetirlo demasiado: la geografía humana, como la geografía física, es una ciencia de las cosas (…) Es desde el punto de vista de las cosas que se ubica la Geografía, y no desde el punto de vista de los hombres, aislados o en grupos. Cuando, en el contexto de la síntesis geográfica, aparecen hechos sociales como la vivienda, ocupaciones profesionales, la densidad de grupos humanos o la división del suelo en estados, la geografía no los considera elementos de interacción mental, de cooperación o conflicto, sino como hechos que modifican la superficie de la tierra (…) Por lo tanto, es un punto de vista bastante diferente del de la sociología e imposible identificarse con él. El proceso sociológico es legítimo; el de la geografía humana no lo es menos. (Vallaux, 1925: 395-396. Traducción propia)
39En efecto, Vallaux consideraba que tanto la Morfología Social como la Geografía Humana estudiaban las formas exteriores de la sociedad con miradas, métodos y fines diferentes: mientras la primera utilizaba esas formas para estudiar la sociedad; la segunda lo hacía para analizar las modificaciones en la superficie terrestre. Si bien compartían el campo de estudios, lo abordaban de maneras distintas. En la concepción de Vallaux, tales diferencias no provocaban que ambas disciplinas se alejen, sino que, por el contrario, puedan prestarse un servicio recíproco.
40Vallaux tomó partido respecto de la disputa epistemológica e institucional que atravesaba su disciplina con la de Durkheim. Por un lado, criticaba las definiciones poco claras que los sociólogos otorgaban a su disciplina. Consideraba que el proceder de la Morfología Social era legítimo, como así también el de la Geografía Humana. En efecto, Vallaux equiparaba a la Geografía con la Sociología, comprendiendo que eran dos ciencias jóvenes que estaban en proceso de construcción y de definición. Por otro lado, basándose en su concepción de la Geografía como ciencia a la vez autónoma y auxiliar de otros saberes, rechazaba la idea de que los sociólogos integren al conocimiento geográfico por medio de la Morfología Social. En su lugar, proponía la posibilidad de encontrar elementos que hagan que la Geografía pueda prestar servicios como ciencia auxiliar a la Sociología, y de ahí su idea de una Geografía Sociológica, pensada como una ciencia del futuro, como la misma Sociología (Vallaux, 1925: 402).
41Por lo tanto, la idea de una Geografía Sociológica no venía a cuestionar ni a buscar integrar el espacio de la Morfología Social. Más bien, planteaba el lugar de la Geografía como ciencia autónoma y ciencia auxiliar, desde el cual podía prestar servicio a la Sociología, y recibirlo de ella también.
42En rigor, Vallaux no sólo formuló una reflexión teórica y epistemológica entorno a la Geografía, sino que legitimó su espacio epistemológico-institucional. Así, elaboró una crítica a la Sociología, y esclareció las diferencias que hay entre la Geografía Humana y la Morfología Social. Si bien ambos campos de conocimiento partían de las formas exteriores de la sociedad, la primera se abocaba a indagar cómo modifican la superficie terrestre, y la segunda a estudiar sus efectos e implicancias en la sociedad. En definitiva, Vallaux respondió a las intenciones de los sociólogos de hacer la Geografía tributaria de la Morfología Social, proclamando la cientificidad y autonomía de la Geografía y, bregando desde allí, por la posibilidad de que ambas disciplinas puedan prestar servicios mutuamente.
43Siguiendo a Anne Buttimer (1980), gran parte de las primeras generaciones de discípulos de Vidal de la Blache no parecieron haberse interesado mucho por contribuir con el desarrollo teórico-conceptual de su disciplina. Esto pudo haber obedecido a que sus estudios se centraron más en las relaciones sociedad-naturaleza que en las variaciones espaciales de las características sociales: “Fue una fase de rígido empirismo, que impidió que los estudiosos investigaran más a fondo aquellos géneros de vida concretos en sus medios ambiente locales, para recoger una gran cantidad de datos que prometían la posibilidad de establecer generalizaciones en el futuro” (Buttimer, 1980: 93). En rigor, tanto Vidal de la Blache como varios de sus discípulos podrían haber relegado la construcción de una teorización o una reflexión epistemológica, optando en su lugar por desarrollar monografías regionales, producidas con el respaldo que les otorgaba la articulación del conocimiento geográfico con los intereses de la Tercera República y, en especial, bajo una posición institucional fuertemente enraizada en el ámbito escolar. En otras palabras, la presencia de un contexto favorable para la producción empírica de conocimiento geográfico pudo haber evitado cierta preocupación teórica, a pesar de las críticas de los sociólogos.
44Para Catherine Rhein (1982), las objeciones que realizaron Durkheim y sus discípulos no encontraron respuesta en los vidalianos debido a la falta de teorización que, en caso de haberse realizado, hubiera significado esbozar planteos muy similares a los que tenía la Morfología Social:
Si los vidalianos hubieran decidido responder, a pesar de todo, ¿qué habría sido una respuesta aceptable? Esta hubiera exigido una sistematización de los esquemas de causalidad que intentaban especificar: hubiera supuesto también la elaboración –por parte de los vidalianos– de una teoría de lo social, ya sea propia, ya sea tomada en préstamo de los durkheimianos. En el segundo caso, habría significado al mismo tiempo hacer de la geografía humana una morfología social similar, término a término, a la de los durkheimianos. (Rhein, 1982: 249, traducción propia)
45En efecto, si hacer una teoría hipotéticamente hubiera significado emular a la Morfología Social, en estos términos, se entendería que la falta de desarrollo teórico por parte de los geógrafos habría evitado superponer el proyecto epistemológico de su disciplina con el de la Sociología.
46Si bien acordamos con Rhein en el reconocimiento de cierta ausencia teórica en la Geografía de Vidal de la Blache, ponemos en discusión su aseveración sobre la falta de respuesta de los vidalianos. Anteriormente, hemos visto cómo algunos discípulos de Vidal de la Blache prosiguieron con su estrategia de legitimación científica de la Geografía Humana, destacando las particularidades de su campo de estudios. En primer lugar, ésta fue una forma de respuesta a las críticas de los durkheimianos. En segunda instancia, consideramos que el trabajo de Vallaux en Les sciences géográfiques, a través de un contenido crítico, ofrece respuestas más directas hacia los sociólogos. Desde una reflexión sobre la Geografia, los aportes de la obra de Vallaux dan cuenta de manifestaciones teóricas y epistemológicas que actúan en defensa del estatus científico de la disciplina, y en detrimento de cualquier posibilidad de que la Sociología y su proyecto integrador de la Morfología Social absorba su campo de investigaciones. La Geografía Humana es explicativa, es autónoma y al mismo tiempo puede obrar como una ciencia auxiliar.
47Es interesante reparar en que esta respuesta tiene lugar en años posteriores a la muerte de Vidal de la Blache. Posiblemente, ello no sea una mera coincidencia. Quizás, la impronta que dibujó Vidal de la Blache como mentor de esta escuela de Geografía, manifestándose en esta disputa sin confrontar con Durkheim, haya cohibido a varios de sus discípulos de elaborar respuestas y críticas, a través de las cuales se enfrentaran directamente con los sociólogos. En este sentido, podemos pensar Vallaux no formaba parte del grupo de los vidalianos; sino que su papel se desarrolló desde una postura más bien marginal respecto de la Geografía hegemónica francesa. En efecto, siguiendo a Antunes de Sousa (2015: 201):
Estudiando la obra de Vallaux, se observa que los geógrafos lo escogieron para recibir todas las críticas, o para conferir a él todo el poder crítico de una época. Dos puntos de vista antagónicos, pero que se complementan (…). En realidad, es en su obra que se encuentra el pensamiento crítico de la Geografía clásica. Así, se nota que la historia de la Geografía francesa es escrita por doctorandos e investigadores de la Sorbona y, por eso, aquellos que no forman parte de ella, como Camille Vallaux, Albert Métin y Louis Gallouédec, son vistos como marginales. Allí donde los historiadores utilizan la palabra "marginal" es en verdad una palabra tapón para proteger a los personajes clásicos. “Estar distante” o “ser marginal” fue una forma que ciertos historiadores de la Geografía encontraron para proteger un circuito de geógrafos (…). La palabra tapón es siempre utilizada para aislar, incluso esterilizar la obra de un determinado autor, mientras continúan preservando la imagen y el régimen histórico de geógrafos canónicos.
48En definitiva, el trabajo de Vallaux es una contribución importante en el debate epistemológico-institucional entre la Geografía Humana y la Morfología Social. No sólo por su legitimación del espacio de su disciplina, sino por esbozar una crítica que parte desde una reflexión teórica y epistemológica sobre la Geografía. Vallaux, brinda una respuesta en el debate con los Sociologos y también, su actuación abre una puerta para indagar en profundidad las interrelaciones y el desarrollo de la comunidad de geógrafos vidalianos luego de la muerte de Vidal de la Blache.